jueves, 14 de agosto de 2008

Sueño/Realidad

Mira sus ojos color brillantes café, su perfecta figura, su agilidad, su destreza. Mira todo el amor que tiene para mí, todo el calor de su presencia, toda su inocencia y su alegría.
¿Es un sueño o es realidad?
Si es un sueño, déjame soñar. No me dejes volver del mar en el que se encuentra inmerso tanto mi yo material exterior como todo lo demás. Es una irrealidad tan perfecta, ¿acaso es necesario volver ya? Déjame disfrutar un rato más, tan sólo cinco minutos, y si así debiera, volverá mi ilusión a donde pertenece. Mis caprichos así lo mandan y lo deseo. Son sólo minutos, es sólo tiempo, y el tiempo no es real, el tiempo es una ilusión a la que estamos sometidos, que nos acecha y nos castiga y nos une y nos separa. Olvida lo que llamamos "tiempo", que nadie sabe lo que es pero todos saben que está, ¿y si no está? Pero, en fin, olvídalo, olvidémoslo. No quiero ver una tarde imborrable y permanente caer, no oscurescas con tu visión racional y "madura" hasta el sol. ¿Es que no ves mi niñez? Acepta que soy sólo un niño y no me hagas crecer de repente, no me hagas sufrir, sólo déjame, seré responsable.
Si es una realidad, es perfectamente lo que esperé desde que tengo conciencia. No destruyas esta realidad, no me apartes de ella, sólo lograrás que mis más grandes sueños se derrumben. Si tomas mi mano y me dices "es tuyo, todo tuyo" seré quien siempre quise ser, seré quien soy y nadie más, verás que quien conociste no es tan sólo el que cree que la gente es toda buena y hay personas malas igualmente y que estas serán malas por siempre, verás que no soy irresponsable y me harás crecer, ¿no me quieres ver crecer un poquito más?. Quien soy tiene sueños, un mínimo de esperanza en lo que llamo "mundo", ansias de cambiar, de mostrar, de sentir todo lo que se pueda y más, ganas de disfrutar mi hogar una vez que lo haya cambiado y seamos todos felices. Porque lo seremos, mamá, seremos felices, porque él nos alegrará la vida, y yo estaré completo con él, porque es parte de lo que aún no tengo e igualmente es parte de mí.
Vamos, mamá, déjame conservar a este perrito.

viernes, 8 de agosto de 2008

Tonterías y (de) fantasmas

¿Qué flor de aroma repugnante me traes esta vez? Flores tontas tontas tontas que representan los fantasmas alrededor. Pero no están aquí, sólo yo los veo, en mi cabeza. Fantasmas, salchichas, barredoras. No querría que desaparecieras como un fantasma. Tan sólo son tonterías. Perdóname. Perdónenme.
Calles desiertas, dos personas y un fantasma. Ella se perturba mentalmente y cae el piso, golpeándose pero contra una pared de goma, de velcro, de clavos. Y llora con llanto de color amarillo. Llora como desquiciada. Y él que ahuyenta al fantasma emo que la asusta, y la saca de los clavos.
Su locura se extiende, y la esquizofrenia con la paranoia van de la mano. Se ve entre fantasmas floggers, emos, alternos y freaks que la persiguen y la desequilibran. Y ella cae. Tonta. Espera el colectivo verde que la traiga de nuevo a su realidad, o el que la golpee y le saque su estupidez. Necesita un golpe que le acomode su locura de destructiva a sana, una mano que tire de la palanca.
¿Qué destruyes sin querer? ¿Qué lastimas sin querer? Sólo los espectros te torturan, confundiendo tus celos color magenta con tus preocupaciones. ¿Acaso hasta que no lo pierdas todo no acabarás? No te equivoques, estás al borde de un gran abismo negro.
Vuelve a subir y deja de lastimar. Son todas tus tonterías.

lunes, 21 de julio de 2008

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Esperaré la caída de las nubes blancas, tan sólo para volver a encerrarme en mí misma.

Miro, miro, y busco, y no encuentro. Pero algún día lo haré. Dejaré de equivocarme.
Y ya no todo me da igual, ya comprendí que tengo la fuerza de girar 180º, ya sea yo o sea lo demás.
Basta de tonterías. Basta de recaídas sin sentido. Basta, este es el fin. Desde aquí empiezo de nuevo. Desde aquí olvidaré que fui una niña caprichosa con ansias de cambiar al mundo, pero sin hacer nada al respecto. Desde aquí comienza.

Y no son los mismos ojos castaños los que miran al horizonte lleno de rascacielos, y el Río de la Plata haciaa donde los barcos se dirigen y se pierden, cayendo en el fin del mundo. El cambio simbólico, el cambio de pensamiento, el cambio de actitud; todos concretados. Y pondré el acento donde debo, y gritaré a los oídos, y correré hacia mi norte. Ya todo se ha vuelto un juego de rol, el cual estoy dispuesta a jugar si corro con desventaja.

Vamos a bailar. La música me alegra esta noche.

lunes, 14 de julio de 2008

Sistemático

Me despierto. Miro, sí, el mismo cuarto. Papel tapiz cielo, nubes, con aves. La misma madre que me despierta con un mate. Rico mate, sí, pero siempre es igual. El mismo departamento en el mismo barrio de mierda. Oh sí, ¿y quién se percata de eso? Nadie, porque a nadie le molesta, porque es todo tan sistemático.
Voy, busco la misma guía para leer las mismas cosas. ¿Y quién puede culparme? Tengo que estudiar, de nuevo. Los mismos platos, los mismos vasos, las mismas paredes, la misma computadora. La misma puerta, el mismo pasillo, el mismo ascensor. La misma puerta de calle. Camino, por las mismas calles. Doblando por Cevallos y caminando hasta Belgrano, donde doblo a la izquierda, pasando el mismo quiosco de diarios, verde, por supuesto, con ese viejo que jamás me cambió $2 cuando necesitaba monedas, para llegar a la misma parada donde me tomo el 103 o el 2, los mismos colectivos. Y estoy tan cerca, ¿por qué no camino? No, no hay motivación. Belgrano no es un buen lugar para caminar. Las cuadras te destruyen el alma. Es todo tan sistemático.
Y me bajo en la misma parada, donde está el mismo café. Y ya saben como sigue. El mismo colegio, las mismas caras. Bla bla bla. Tan aburrido, tan sistemático. Y yo con mi muerte emocional. "Sí, está todo bien", diré a quien me pregunte porque se percató de mi estado. ¿A quién realmente le va a importar? Ni siquiera me importa a mí. Es todo tan sistemático.
17:15, el mismo timbre que me dice "Hora de ir a casa, honey". Tengo sólo un motivo para quedarme, y sería suficiente si no fuera porque los libros queman en mi mochila, exigiéndome que los lea, gritándome "You have forgotten us!", porque no hablan en castellano, no, sólo me hablan en inglés, una vez más. Y estoy entre la duda. ¿Rutina I o Rutina II? ¿Casa o un rato más? Es todo tan sistemático.
Elijo la rutina I. ¿Colectivo o subte? Supongamos que subte, porque voy acompañada. Una, dos cuadras derecho. Una, una y media en diagonal. Uno, dos, tres... perdí la cuenta de los escalones. Uno, por favor. Tutún tutún, tutún tutún. "Nos vemos mañana", como siempre. Escalera mecánica. Y están las mismas carpas del mismo gobierno K y del mismo campo. Y está la del MAS, la que menos (o más) llama la atención, la que me agrada que esté. Todo en la misma plaza Congreso. Y camino, derecho por Entre Ríos. Y los mismos negocios que ayer, ¿y quién podría cambiarlos? Hasta Chile, donde doblo y sigo hasta llegar a mi casa. Seguro algún cumplido al estilo de "Mameeeeeetaaaaaaah, ¿te acompañooooooooooooooo?", típico de esta barrio. Bla bla bla. Por lo menos caminar un poco me hace reconsiderar las cosas. Pero es todo tan sistemático.
Elijo la rutina II. Quién sabe con quien me quedaré. Quizá eso cambie un poco las cosas. Galletitas o comida. Charla, charla, charla. Palabra uno, palabra dos, palabra tres, palabra veinte. Cualquiera tema, ¿qué más da? Si es todo lo mismo, pero vamos a ponerle un poco de ganas.Y me quedo, y nos quedamos. 18:40, el momento en que la gente del siguiente turno al mío tiene su receso, de tan sólo 10 minutos. Caras, caras y caras. Algunas me da gusto verlas, otras me son indiferentes. Serán 10 minutos, pero mi humor seguramente cambie. Es parte de la rutina, son parte de la rutina, pero no ven que es como si no lo fueran, como si fueran ese cambio que tanto espero, ese cambio que revolucione mi cabeza. Qué bueno. 18:50. Adiós. "Nos vemos mañana", ¿no suena conocido? Y para no tener que seguir con la rutina dos, tomo el colectivo. Bla bla bla. Llego a mi casa por las mismas calles por las que me fui. Es todo tan sistemático.
Y es lo sistemático lo que mi cabeza ya no soporta. Giro de xº, que me traiga algo nuevo pero no malo, ¿dónde estás? La motivación se ha ido, ¿y qué debo hacer? Es la rutina, es lo estático de mi forma de vivir lo que deprime mi ser. Y los padres no ayudan, sólo lanzan sus críticas, de nuevo, como siempre lo hacen. Que qué mal esto, que dejá lo otro, que esto me molesta, que cuándo vas a ordenar tu cuarto, que que dejes la computadora. Y mi cabeza explotó. Porque es todo tan sistemático.
Cuando todos hayan dormido, me encerraré en el baño y cortaré mechón por mechón las cosas que me molestan. Cortaré mechón por mechón, intentando emparejar, los odios que tanto he guardado. Mechones antiguamente rubios, mechones antiguamente violetas, mechones de color natural. Chic, chic, suena la tijera. Y será un cambio. Lo que comience una serie de cambios. O no. Pero, ¿qué más da? Es todo tan sistemático.

Noche de sábado. Don Bosco. Segundo piso

Ya sin comprensión de la realidad, balanceándonos sobre nuestros pies, uno sobre el otro, me dedicaré a observar la pantalla de la notebook. Espero comprender lo que una milésima de persona me mostrará. Pero lo olvido. Lo olvidamos. ¿Y ahora qué pasará?
Mirá, es un tacho. Vas a tirar la basura que quedó sobre la mesa (baja), en la que está la notebook que al tocar un botón captará nuestra atención. Papeles, una tapita, cosas, y una botella de Tai de lima limón. Nuestra basura nos muestra lo que somos, o no. Yo no soy un papel, ni vos una tapita de Tai, ni la misma botella de una Tai. Apoyas el tacho al lado de la mesa, donde se junta toda la basura. Lo apoyas sobre las zapatillas. ¿Notaste lo mismo que yo? La zapatilla es el pueblo que con sus manos sostiene el tacho, para que no se caiga, en caso de que tu mano no sea tan fuerte. Oh sí, ellos lo sostienen. ¿Que de qué hablo? ¡Es sencillo! Todo material está formado de moléculas, como la zapatilla. Cada molécula representa a una persona, como vos, como yo, que sostiene el tacho, ayudándose de todo el pueblo restante. Oh sí, ahora entiendes. Pero olvidémoslo, sentémonos en la cama y dejemos nuestra mente dentro de la notebook.
¿Acaso quieres jugar? Me da risa que pierdas el equilibrio aún estando sentado. Si te caes para atrás, serás una tortuga. No podrás levantarte y moverás tus brazos y piernas hasta que alguien te dé vuelta. ¡Y no me empujes! Oh, ahora la tortuga soy yo. Colgué. Quedé como una tortuga.
Ya basta, esto ha ido demasiado lejos. La pantalla, sí, observemos la pantalla. ¡Son flores! Pero... espera. ¡Ahora son órganos sexuales! Es la lucha, la lucha de la segunda guerra mundial, o no, la lucha post-guerra. Este es el capitalismo, y este el comunismo. ¡Y ahora son monstruos! ¡Se atacan! ¡Mirá como se atacan! Cada vez me convenzo más que es la representación de la lucha de las dos ideologías. Y ya me perdí. Dejé de mirar la pantalla. Tan sólo recuerdo un pájaro negro, comiéndose a otro. Y calles. Y una ciudad. Y un muro, sí, un muro, en la pantalla de la notebook.

lunes, 7 de julio de 2008

Hoy tengo ganas

Hoy tengo ganas...
... de pararme de la silla, estirar mis brazos y moverlos cual gelatina Royal sabor cereza.
... de dar vueltas, muchas vueltas, cual calesita con caballos del Parque Centenario.
... de gritar a los cuatro vientos, cual loca enamorada que le dice al mundo cuánto ama.
... de sumergirme en una laguna, cual árabe que encuentra un oasis luego de andar mucho tiempo por el desierto.
... de bailar el meneaito, cual adolescente en medio de una bailanta a las 2 de la mañana.
... de correr desnuda por la playa, cual perro sin miedo a que lo atrapen y lo castiguen.
... de comer un sánguche de milanesa, cual obrero que tras horas de trabajo, recibe su recompensa del mediodía.

Hoy tengo ganas...
... de vivir.

domingo, 6 de julio de 2008

Abuelito, abuelito.

Niña pequeña, ahora eres una mujer.
Tu mente está invadida de recuerdos, y tu ser entristece. Tan poco lo tuviste, sí. Tan poco compartiste con él, sí. ¿Recuerdas cuando eras tan sólo una niña regordeta con carita redonda llena de pecas? Por supuesto que lo recuerdas.
Cada tanto lo visitabas, a él y a ella. Ella, siempre en casa, te recibía con la más cálida dulzura, y tú le gritabas "¡Hola abuela!" con la calidez de una niña de tan sólo pocos años de vida -lo que en realidad eras-, te trataba como su tesoro más preciado, te hacía pasar momentos hermosos. Compartían bizcochitos y leches chocolatadas. Y luego llegaba él, asomándose a la puerta, con ese bigote y su cabellera blanca, blanca como tu mente aquel entonces. Y corrías a su encuentro, y lo abrazabas. "¡Abuelo! ¡Abuelo!" gritabas, y lo abrazabas. Y él a tí. Luego de un duro día de trabajo, encontrarte en casa era para él una alegría. Te esbozaba una sonrisa sincera. Tenía tanto cariño en su corazón para tí. Disfrutaba tanto tus sonrisas alegres y tus corridas por toda la casa, y cuando iban a la plaza, le gustaba verte correteando como un cachorro de tigre por todo aquel espacio verde, en el que sentías tu libertad al máximo. No era de hablar mucho, pero ¡vaya que adoraban estar juntos!. Ramón, sí, Ramón, tus abrazos y tus ojos recelosos siempre quedarán en la mente de esa niña ahora mujer.
Tan rápido, no te diste cuenta. Mamá entró llorando a casa y se escabulló en los brazos de papá, a quien le comunicaba la triste noticia. "A papá lo encontraron tendido en el suelo del trabajo", le decía. Y tú, eras tan sólo una niña, no tenías más de 5 años. Tan claro recuerdas ese momento en tu mente. Mamá intentando explicarte que Ramón ya no estaba. Lo entendías, pero te lo explicaron de una manera tan infantil, que tu reacción fue sólo la de "¡Qué bien! El abuelo va a ser feliz". Y hoy, casi 10 años después, caes en la cuenta de cuánta falta te hace. Desearías poder verlo tan sólo una vez más, abrazarlo, y decirle "Te extrañé tanto, Ramoncito". Tan sólo ver una foto suya te hace pensar en que creciste sin él, en que amarías encontrártelo un día en la calle. Deseas con toda tu alma escuchar su voz una sola vez, quizá así puedas recordarla, se ha borrado de tu mente.
Mujer, seca tus ojos. Te observa, te cuida, y aún te sigue amando.

Escape.

Toda una vida esperando ese amanecer
¿por qué ahora quieres correr?
Una tarde completa esperando que entiendas
¿y ahora sólo escaparás?

Te ha acariciado la belleza y tu suerte
una utopía sin fin viste entre tus brazos.
Has esperado para esto mil ocasos.
No corras, deberías disfrutar.
Ya que mil noches debiste esperar
para obtener un simple objetivo.

Tiembla todo tu cuerpo armonioso,
miedo ¿a qué ha venido?
miedo, es rencoroso conmigo.
Pero permítete recompensarte.
Mil atardeceres, mil lunas,
¿cuánta fue la espera que soportaste?

Amor, no corras hacia la ciudad
te devorará toda su maldita y enfermiza calma.
¿escaparás y no podré tenerte?

viernes, 27 de junio de 2008

Inconsciencia de ser

La estructura perfecta de tu cuerpo, de todo tu ser, hará correr por mis venas la más ardiente sangre. Nada podrás hacer. Todo fue programado por el tiempo y las mentes, y así será. ¿Acaso no creías en el destino? Pues yo no. Cada paso dado tan incorrectamente como pienso que ambos hemos hecho a lo largo de todo el laberinto en el que por lo menos me vi a mí misma, nos ha traído a este punto. ¿Será verdad? En el espejo verás a tu doble exacto, te verás a tí mismo, y será en tu reflejo en quien halles la respuesta luego de hacerle algunas preguntas. No estás manejando el curso de las cosas, solamente te estás dejando llevar, por el agua y el viento y todo lo que te mueva sin que lo desees, y no te importa. Eres conciente de vivir, puedes controlar los variados aspectos de tu vida y así cuando quieres lo haces, pero eres inconsciente de ser, como todos, como yo. Y la inconsciencia de ser será lo que manejará tu propio cuerpo y tu espíritu, controlándote casi por completo. E ingenuamente crees que controlas completamente todo lo que eres. Pues no. Y si no crees en mis palabras intenta controlar lo que vendrá. Intenta controlar los impulsos y el instinto, lo que tu mente te muestre al revelarte pensamientos y lo que tu propio cuerpo haga autónomamente cuando tú ya no entiendas nada y estés en un estado en que ya nada importa, nada de tu vida importa, eres feliz, y eso es suficiente.

viernes, 20 de junio de 2008

Ventana.

Serán tus ojos el reflejo de tu alma. Tu interior saldrá fuera de tu cuerpo, en forma de palabras y de actos inconscientes, y no podrás detenerlo. ¿Qué harás? Tus mejillas volverán a su color natural mientras el calor del cuerpo de quien te habla regresa al mismo tiempo. Serás la mano que lo sostenga, serás la plataforma. Harás brillar las luces y los colores resplandecerán ante tí. ¿Qué harás? Si te encuentras al borde del abismo, solamente abrirás tus ojos sin saber si estás cayendo o no, y nunca lo sabrás. Si sientes dolor, unas palabras de perdón llegarán a todo tu ser, esperando que puedas entender. Y sólo causarás dolor a quien más desee apretarte entre sus manos, sólo en ese causarás algún mal. ¿Qué harás? Si tus ojos son la lente de la nueva perspectiva, si serás la mano sobre la pequeña ave a punto de morir. Sólo un desdoblamiento de tu persona que traiga a tu doble maligno podría cambiarte la personalidad, porque te muestras tan noble, porque eres la belleza personalizada. Y nada puedes hacer para cambiarlo. ¿Te atreverías a hacer algo?

sábado, 31 de mayo de 2008

Drama de un moribundo que no muere.

Ves las paredes caerse a tu alrededor mientras miras el techo, intentando contar las figuras que encuentras. Todo cae, pero no escuchas los escombros. Intentas levantarte y no puedes, estás atado. Mueves los brazos, pero se quedan estáticos, no responden, sólo se mueven lentamente sobre tu propio cuerpo. Gritas, pero no sale voz de tu garganta, ¿qué sucede? Solamente puedes dar vueltas, todo sin levantarte. No tienes voluntad, la has perdido porque sabes que te venció. Pero respiras tranquilo, estás muriendo lentamente, y no sientes desesperación. Tu pelo está enredado, al igual que tu ser, y tal vez sea lo mejor. Tu cuerpo, tan simple, tan poco recorrido, no siente fuerza. Las luces se apagan lentamente o de repente, escuchas tu corazón latente, parece una bomba de tiempo -quizá lo sea-. Escuchas música a distancia, pero no sabes de donde viene. Y las voces, lejanas, no te llaman, no, conocen tu estado pero no te llaman, no se preocupan. Crees que te has quedado solo y, en efecto, lo estás, pero ya no te importa, porque todo se desvanece lentamente. Llevas tus manos a la frente, te sientes bien. No tienes fiebre, tampoco estás frío, pero sin embargo sientes que no volverás a despertar. Te rindes. Cierras los ojos. Y en cuestión de segundos, te has quedado dormido.

martes, 27 de mayo de 2008

Carta a un padre.

Esto ha ido demasiado lejos
¿cuánto creíste que iba a aguantar?
Ahora el dolor es más fuerte
que mi inmadurez.

La secuencia siempre es la misma,
se repite una, y otra, y otra vez.
Pero las heridas comenzaron a sangrar,
los moretones cada vez oscurecen más.

Mis brazos están cansados,
mis gritos nadie los escucha - ni yo -.
He estado muy callada.
Todos deberían conocerte tal como yo.

Y los demás preguntarán porqué,
porqué no me quedé y luché.
Les responderé que no puedo,
que esta vez es mucho más fuerte que yo
- lo eres -.

Y si mañana regreso, sé lo que me espera.
Si antes eran sólo cachetadas,
las palmas se convertirán en puños.

sábado, 24 de mayo de 2008

Lucha

Los gritos retumban en mi cabeza.
Mis extremidades no tienen fuerza,
voy a enloquecer.
Caeré vencida en mi lecho,
La desesperación por la impotencia es muy fuerte,
mucho más que yo.
Atacar lo inatacable es en vano.
Al fin y al cabo no tengo su poder,
he vuelto a perder.
Debo levantarme, debo retomar.
Mi camino a tomar es ese,
no estoy aquí para nada.
Y si mañana los ojos se cerraran,
y la mano cayera, soltando la bandera,
alguien deberá continuar.

lunes, 19 de mayo de 2008

Encierro

Colores apagados, paredes cerradas
todo lo que me rodea es tóxico.
El encierro es un estado transitorio
pero el tiempo es sólo una ilusión.
No hay ojos que miren hacia afuera
No hay ojos que miren desde afuera
No hay sonidos que reclamen libertad
Sólo hay manos que aparecen
de la nada, a intentar ayudar.
Voces, escucho voces a mi alrededor
pero los sujetos no abren la boca,
es un pensamiento, un grito unánime
gritando, exigiendo que nos liberen.
Somos jóvenes sometidos a ésto
es duro, no estamos acostumbrados
a gritos generalizados de quienes
se aprovechan de nuestra inocencia,
los que creen que no vamos a pensar.
Pensemos, hablemos, expresémonos
todo, todo valdrá la pena.
Cuando el ocaso se acerque,
el caballero de armadura sonora nos liberará.

lunes, 5 de mayo de 2008

Sueño y realidad

Quisiera explicarte. El sueño se ha mezclado con la realidad. No intento justificar mis acciones, sólo quiero explayarme. Todo aquello que creía que no pasaría, que transformaría aquella máquina perfecta en pura chatarra, ha pasado, está pasando. Todo lo está destruyendo, todo se derrumba. ¿Qué pasó con las sonrisas constantes, con los llamados amistosos, con las canciones que tanto disfrutábamos cantando? Las sonrisas son gestos de enojo, los llamados amistosos dejaron de ser amistosos, son sólo formales, las canciones ¿qué más dan si lo que nos unía ha desaparecido? Aquello que nos unió para enfrentarlo, era muy parecido a nosotros. Lo supimos ver, pero terminamos cegados quizá por el deseo de vencerlo por sus ineficiencias ya demostradas. Cada vez nos diferenciamos más con este ente, en vez de tratarlo. Y ahora ya no está, se esfumó por sus propias contradicciones. Así, ¿qué nos quedó a nosotros? Una sensación de unidad, que al fin y al cabo era inexistente sin lo que nos había juntado en un principio. Pero, alto, seguimos unidos pero, ¿y ahora por qué? Es absurdo. Las diferencias entre nosotros cada vez son mayores, las ideas de unos se imponen casi por la fuerza por sobre la de otros. "Los otros" se han cansado, empiezan a hacer notar que no se pondrán por debajo de "los unos". Desean ser escuchados por éstos, pero éstos no ceden, no admiten quien realmente tiene razón, ¿y quién podría culparlos si siempre tienen algo para decir luego de que escucharon a alguien hablar? Su formación es distinta, "los otros" deben continuar y crecer. Ese sueño, tiempo atrás hermoso, se ha tornado en pesadilla.

miércoles, 30 de abril de 2008

Hipnosis.

Imágenes. Imágenes en mi mente
cuadradas, redondas,
rojas, amarillas,
de todos colores,
en mi cama, en mi cuarto,
en la calle, en el balcón.

Ojos verdes, ¿o castaños?
me miran, y un sonido acompaña,
una voz al estilo de sinfonía
dice cosas que no entiendo.
Hipnosis en esos ojos,
brillo en esos ojos,
caras en esos ojos,
todo se desvanece ante ellos,
todo se desvanece por ellos,
todo se desvanece en ellos,
todo se reduce a ellos,
¿o a su dueño?
A sus palabras, a sus manos,
a sus cabellos enmarañados,
al fuego, al pasto, a las tardes,
a grises, a azules, a verdes,
a una figura
que hipnotiza una mente.

martes, 15 de abril de 2008

Ella. Imagen.

La ha alegrado. La ha hecho feliz. Y ella, ella sabe. Ella no puede dejar de pensar en él... y sonreir, porque él causa ese efecto en ella. Todo ha pasado ya. Ha tenido un hermoso día. Él ha aparecido un buen rato por su vida. Y finalmente ella decide amigarse con el sueño, ese que muchas veces él le ha quitado, dando vueltas en su mente, caminando, corriendo, en imágenes, en recuerdos. Se recuesta. Apoya su cabeza sobre la almohada, cierra los ojos y se dispone a dormir. Y es en ese momento en que se da cuenta. Su mente empieza a divagar. Algo ha sentido. Sí, sus sentidos están alerta. Hay un aroma, un aroma familiar. Piensa, reflexiona intentando saber a qué le hace acordar. Se ha dado cuenta, sí, a él. Es el olor de su piel, tan suave, tan dulce. Ha quedado entre sus sábanas. Y eso la lleva tiempo atrás, no mucho, solamente unas horas, y la hace recordar cuándo fue que sucedió, cuándo entre aquellos pliegues quedó esa sombra. Y se relaja, se deja llevar a través de las imágenes que su mente le trae, tan nítidas, tan reales, como si volviera a vivirlas. Su boca esboza una sonrisa, una sonrisa tranquila. Sus ojos siguen cerrados, no quiere salir de esa realidad en la que está sumergida ahora. Y por fin lo logra, por fin ha quedado dormida, entre aquel olor de él, inmersa en una realidad pasada que espera volver a vivir. Así se queda.

sábado, 12 de abril de 2008

Ella. Él. Ellos

Ella sólo quiere cuidarlo. Lo quiere, no puede verlo sufrir. Pero él sufre, y ella se siente impotente al no poder hacer mucho, solamente cumplir con su papel de amiga de él que le queda. Ella a la vez sufre, porque él es de lo más importante para ella, y le duele verlo así. Quiere abrazarlo, estrecharlo entre sus brazos, que él es acurruque cerca de ella, en ella, y no soltarlo, y que ya nada pueda lastimarlo. Él quiere abrazarla, y protegerla, que nada malo le pase. Ella quiere llevarlo lejos, lejos de toda la situación que él (y por consiguiente, ambos) debe afrontar, y que tanto mal le hace, llevarlo lejos y que sólo estén ellos, ella y él, nadie más, ella y él juntos, ella y él solos, ella y él teniéndose sólo el uno al otro, en un lugar completamente vacío, sólo para ellos. Ella le dice que debe dormir, debe escapar por unas horas, y él le dice que ojalá escapara con ella. Ella ya no aguanta, quiere que llegue la hora del encuentro, quiere verlo y abrazarlo, como si no fuera a dejarlo nunca más, porque es demasiado importante para ella, porque ella y nadie más sabe lo que siente cuando sus manos están juntas, cuando ve la mirada de él clavada en sus ojos, o simplemente cuando lo ve. Él: "quiero abrazarte, besarte, y dormir abrazado a vos". Ella: "quiero sacarte de todo ésto, y así verte feliz".

Ella. Verdad.

Mírala. Emocionada, sonriente, alegre. Así es ella en realidad. Ahora puedes conocerla mejor, ahora puedes verla como es realmente, ¿puedes? Solamente abre tus ojos, acércate a ella y mírala bailar. Ella baila, sin mucha técnica, sin mucha habilidad, pero baila, baila dejándose llevar, como su cuerpo manda, dando vueltas, dejando que su pelo se mueva, expresándose sin darse cuenta, porque así es ella. Mira sus manos cómo se mueven al hablar. Mira su boca, su sonrisa, tal vez no perfecta, pero la muestra tan poco seguido, que ya resulta casi rara, pero rara de una manera exótica y atrayente, ¿o así es ella? Mira sus mejillas, mira su color, mira cómo se sonroja cuando la miras, cuando estás cerca de ella. Mira sus ojos, ve cuán expresivos son, ve como te hablan, como te trasmiten su estado de ánimo y todo lo que se le viene a la mente cuando te mira. Siempre que sus labios no hablen, mírala a los ojos, ellos te dirán lo que sucede. ¿Puedes verla ahora más claramente?

Ella. Y él.

Ella quisiera poder darle lo que él necesita, lo que quiere, lo que desea. Ella sufre, pero cree que no será en vano, todo terminará bien de alguna forma al final, siempre ha pasado así, aunque en el momento no haya parecido lo mejor. No cree que sea la ideal pero lo que sabe es que él ha dejado de estar en esa vitrina que impedía que ella se acercase del todo a él. Quizá... Pero no quiere hacerse ilusiones, las ilusiones son lo que la han lastimado tanto desde que recuerda tener sentimientos, y no quiere caer en ese juego de nuevo, para terminar con lágrimas en los ojos. Sabe que tiene dos opciones: comenzar a olvidar o esperar. Pero cree que hay una tercera: un rejunte de ambas. Sabe que no le será fácil sacarlo de su mente (en especial porque una gran parte de ella no quiere), pero tal vez intentarlo sea lo mejor, y mientras lo hace, seguir abierta a la posibilidad de que él un día la quiera y se decida a estar con ella. Y es que él la quiere, pero es muy temprano para que estén juntos, y ella lo tiene bien claro. Por ahora lo mejor es que sigan siendo lo que eran, mejores amigos, apoyándose el uno al otro en cualquier momento. Si las cosas cambiaran en algún momento, tal vez serían felices.

Ella. Nuevo.

Ella es sólo una niña, o ya no es una niña, y desde hace un tiempo las cosas se volvieron confusas para su mente. Conoció nuevos estados de ánimo y hasta sentimientos nuevos. Y ahora se ve obligada a afrontar la verdad, a explicar su verdad, a expresarse, a intentar arreglar lo pendiente. Su interior llora, pero su exterior se mantiene firme, algo ha aprendido. Hay cosas que simplemente suceden, sin anticipación, sin aviso, y ella lo sabe, pero no lo asimila, aún no lo acepta. Cometió un gran error, no sabe si ha lastimado a alguien además de a ella misma. Sus ojos se ven tristes pero, ¿quién puede notarlo entre tantas falsas sonrisas y falso buen humor que cada persona que interactúa con ella nota? Se maldice, maldice al mundo, a sus sentimientos, pero no a él, no, él no tiene la culpa, él no hizo nada, la que se equivocó fue ella, es su culpa, de ella y sus actitudes, y sus impulsos, y su mente (o todo ésto es sólo lo que ella dice). Vuelve a maldecirse a sí misma, como si realmente eso la ayudara a cambiar el pasado o el presente. Se siente tonta porque se da cuenta de que no se arrepiente de nada. Ellos se deben una charla. Ella sabe lo que le espera, sabe lo que él va a decir, ya que es la historia de su vida, es siempre muy parecido. Él ya le dijo que que ella esté así no lo deja tranquilo y ella le dice que él debería sentirse bien (aunque sabe que lo odiaría si fuera diferente). Pero siguen debiéndose una charla. ¿Cuándo la tendrán? ¿Qué tan lastimada terminará ella? Mucho, más que posiblemente. Y no sabe qué hacer. Siente culpa por lo que ha provocado. Debe dejar esas ganas de llorar, o simplemente dejarse quebrar. Y la historia se repite. Debe empezar a olvidar, otra vez.

Ella. Pequeña niña.

Ella. Ella vive. Ella es tan joven, tan vivaz. Sus ojos brillan. Su risa invade el aire. Juega con su pelo al viento. Se divierte. Sonríe. Es feliz, claramente a su manera, pero es feliz. Déjenla. Déjenla vivir. Déjenla ser una infante mientras su corazón, su entorno y su mente se lo permitan. No la fuerces a cambiar y a mirar con otros ojos, con eso no lograrás nada. Deja que ría, pero también que llore, que sienta, que extrañe, que desee, que crezca. Deja que ella misma se decepcione de lo que la rodea. Deja que ella misma se suelte del brazo de su madre y comience a caminar sola, cayéndose cada pocos pasos, como suele pasar. Deja que ella misma se afiance en su lugar, que conozca a las personas, que las quiera, que se vincule con ellas. Déjala, ella estará bien.

Muñeca

Muñeca vestida de azul, ¿por qué es que tus ojos ya no están alegremente fijos? Muñeca, ¿puedes hablar? Cuéntame. Estás dejando de ser una muñeca, cual Pinocho dejó de ser un niño de madera. Tus ojos se ven tristes, el brillo en ellos es de angustia, no de vitalidad. ¿Qué sucede? Cambios. Comienza, sí, comienza. Todo empieza a tomar formas extrañas, ¿no, muñeca?. ¿Hacia dónde se fue tu sonrisa, tu alegría con la que podía verte reflejada en el espejo? Tu mundo se ha derrumbado, todo se ha venido abajo. Tus manos perdieron ese movimiento gracioso, tu voz está perdiendo esa dulzura con la que te caracteriza(ba)s. Ya no ves todo color de rosa, no sólo hay gente buena, casi nunca hay extremos. Te sacas tu vestido azul cielo, te colocas un vestido como de luto, porque de luto está tu persona, algo en tí ha muerto. Rosa en mano, lágrimas en las mejillas, más fortaleza en tu interior. Vamos, no hay nada a lo que temerle, ahora verás el mundo como todos los demás, acostúmbrate, cámbialo, tú decides cómo sentirlo, cómo vivirlo.

viernes, 11 de abril de 2008

Amiga.


Amiga. Eso es lo que sos. De todas, la mejor. Pero hoy, hubo algo que cambió. Todo se dio vuelta y terminó en una discusión. ¿Por qué discutimos? No tiene sentido si no tiene que ver realmente con ninguna de nosotras. No quiero perderte, no quiero perder este sentimiento que tengo hacia vos. No tendría sentido distanciarnos, porque sos de lo más importante en mi vida. Fuiste muchas veces el piso sobre el que me sostuve, el hombro sobre el que lloré, la risa que compartí, en fin, la persona que me acompañó durante un tiempo considerable. Me equivoqué, pero vos sabés que te equivocaste también, ambas nos equivocamos, pero sé que yo lo hice peor. Quiero pedir perdón, porque sé que obré mal, y quiero que tengas presente que no desconfío de vos, nunca lo hice, pero que hay cosas que llaman la atención de uno, y espero que lo entiendas. Y las personas se equivocan, como yo, que soy humana, y que además me conocés, sabés como soy, y que no dejo de quererte. Solamente te pido que me entiendas, que te sientes conmigo a hablar. No pido que arreglemos todo a los dos minutos. Si querés insultarme/bardearme/hasta pegarme, estás en todo tu derecho, pero que también reconozcas que te equivocaste junto conmigo. No quiero dejar de llamarte "mejor amiga", por una estúpida disputa que ni siquiera vale la pena. Por favor, no me hagas ésto.

jueves, 10 de abril de 2008

Niñita.

Inauguro este blog con uno de los textos que escribí que más me gustan.

Niña tonta, deja ese espejo, deja de reflejarte en él y ver una persona triste. Niña tonta, deja de maltratarte a tí misma, de torturarte, deja volar esa imaginación. Niña tonta, deja de reprimirte, libera tus emociones y sentimientos, déjalos fluir, tienes mucho para dar. Niña tonta, ¿por qué lloras? No lo sabes, ¿verdad? Ves, lo sabía. Dime cómo te sientes, cuéntame la causa de tanto mal. Háblame de tí, de tus miedos, de tus inquietudes, de tus inseguridades, tal vez te pueda dar una mano. Oh, niña tonta, ¡ya deja esas estupideces! ¿no ves que no estás viviendo, que te estás encerrando en tu pequeña burbuja? ¿no ves que sólo te lastimas? ¿no ves que tus razones no son válidas? Por favor, ya seca esas lágrimas, no es una bella imagen el verte así, no vale la pena llorar si realmente no sabes lo que sucede, ¿acaso no te das cuenta que te estás dañando simplemente porque quieres? Ingenua. Niña tonta, mírate, mira a tu alrededor y dime realmente lo que ves, en tí, en él, en todo. Aún eres una niña, te falta mucho por vivir, mucho camino por recorrer, muchas cosas a las cuales enfrentarte, y sé que lograrás superar cualquier obstáculo que se te presente. Aprende, aprende de una vez que debes arriesgarte por lo que realmente deseas, no te dejes estar, no lo dejes pasar, podría ser muy tarde luego. No tengas miedo al dolor. El dolor es un estado transitorio, el dolor es inevitable en muy pocos casos, solamente hay que superarlo, dejarlo atrás. ¿Ahora ves? ¿Ves que hay posibilidad y motivos para sonreir? Hazlo, sonríe. Vive.