lunes, 23 de abril de 2012

No todos podemos ser buenos

No, no todos podemos ser buenos.

¿Por qué? Porque algunos hablamos de más
en el momento incorrecto y otros hablamos cuando no podemos, otros no podemos hablar porque no podemos, y otros no hablamos directamente porque nada
porque nos redujimos a esa nada horrible de la que todos hablan y todos poetizan
¿Y qué hay de malo en esa nada? ¡NADA!
Algunos simplemente nos ponemos a mirar directo al sol y nos quemamos, bien tontos somos.
Y otros nos quedamos mirando las estrellas que imaginamos, porque desde la ciudad las estrellas no se ven
y terminamos imaginándonos ese cielo todo estrellado que vimos en películas o en fotos o que recordamos de haber visto en el Norte, en ese viaje tan lindo al medio de... la nada.
Porque no había nada, pero nosotros dormíamos tranquilos, felices.
Y ahí fue cuando te pensé, te imaginé... pero después me olvidé. Te imaginé bueno, pero ahora supongo que tal vez tampoco vos podés ser bueno.
Pero me olvidé, y me fui a comer una pizza con mis reyes. Esos reyes que se sometieron a la autoridad colectiva y se bajaron del trono para besarnos los pies.
En lugar de ellos subieron otros reyes en otra forma y nos alienaron la existencia.
Y ahora estamos todos alienados esperando que nos vengan a sacar. ¡Ay! pero no podemos. ¡Ay! no pueden ellos tampoco. Ellos no nos van a sacar.
Y me hace llorar. Lloro y me tomo mis propias lágrimas que solo me dan más sed, porque el agua salada como el mar te da más sed y te hace llorar todavía más. Un círculo vicioso horrible, ¿te imaginás?
No, no te podés imaginar porque vos sos bueno y yo no. Así que prefiero limitarme a acariciarte la barba y olerte la piel. Pero sos bueno y no me dejás, entonces me conformo con mirarte a los ojos y decirte que te quiero pero no te lo digo porque me aterra. Entonces me es difícil seguir conformándome, ¿me entendés?
Y volvemos a lo mismo, a esa nada que nos llena y nos destruye, que ninguno de nosotros quiere detener porque de alguna manera, es lo que nos tocó. Y preferimos no limitarnos a ser animales porque, bueno, somos seres sociales y no nos conformamos con comer, dormir y sentirnos bien (de salud, claro). Y está bien que así sea.
Pero, ¿quién soy yo para decir qué está bien? ¿y quiénes son ellos para decirme qué está bien? No vamos a hacer juicios y nos vamos a limitar a ponernos lindos y salir a explotar la ciudad.
Porque así nos gusta, así nos enseñamos
¡IGUAL NOSOTROS DECIDIMOS!
Aunque todavía no.
Pero ya vamos a decidir.
Mientras tanto, me voy a lavar los dientes así me acurruco en mis sábanas y me dejo de pensar. O eso espero, porque hasta los sueños me atormentan y me hacen despertarme más cansada de lo que estaba y me pongo a llorar de nuevo.
A pesar de todo me conformo por ahora con mi musiquita saliendo de los parlantes aterciopelados, me tiro en el sillón al lado de él y huelo de nuevo su piel pero de lejos y susurro canciones bonitas que debería estar susurrándoselas al oído pero, la verdad, no me da, porque la distancia que hay en ese sillón es como la que hay entre mis puños y su poder, el de ellos.
Pero voy acortando esa distancia y la distancia entre mi boca y el oído de él que ¡ay! me muero por morder.
Y nos acercamos a pasos cortos a tu poder, para bañarnos en rosa y tomarlo todo y pintarlo todo y acercarme y cantarte en el oído todo eso que ahora no puedo decir.
Por la distancia.
Y ellos y vos nos dicen que está mal, que somos malos, que está mal mal mal pero ¿quiénes son? ¿qué son?
NADA.
vos y ellos
nada, nada nada.
Y nos acercamos, a paso lento, con las cabezas dolientes y los brazos cansados
y yo voy arriba de aquel y aquel arriba mío y arriba del otro y ese arriba del de al lado
y así vamos llegando
y así voy llegando
pero... somos malos
aunque vos me digas que soy buena, y algunos otros digan que soy buena.
Nosotros vamos llegando y van a caer lágrimas de otros que no seamos nosotros
¿y sabés qué? Lo vamos a disfrutar

porque no todos podemos
nosotros no podemos
ser buenos.

martes, 3 de abril de 2012

5 años

"Carlitos bajó de los andamios y fue un gran profesor. Era aquel profesor que enseñaba en la UOCRA sobre dignidad, honestidad y solidaridad, y hoy les enseñaba a los alumnos cómo pelear para ganarse el pan, cómo no pelearse entre compañeros. Y también enseñó cómo luchar. Vaya si enseñó cómo luchar, que murió luchando el compañero."

-Alcides Christiansen