jueves, 17 de diciembre de 2009

Tus cosas

Qué lindo te ves con la mochila al hombro. ¿Qué llevás ahí? Quiero ver. Quiero abrir el cierre y meterme a investigar. A ver. Wow. Tu billetera, donde descansan tus ojitos que me miran desde una foto-carnet de cuando eras mucho más chico. Jaja. Qué lindo que eras. ¡Ya tenías los aparatos! Aaaaawwwwrrrrrrrr. Y 2 pesos. Qué raro vos con poca plata... Por algo siempre me ratoneás algo en el kiosco. Y yo cedo porque me gusta ver que me sonrías.
¡Hojas! Y hojas y hojas y hojas. Wow. ¿Qué son? Ah, no podían ser otra cosa que las canciones que tocás en la guitarra, obvio. Y tocás tan bien, aunque no te das cuenta. Y componés tan bien, como ya me mostraste en algunas canciones que escribiste. Y no cantás tan mal, aunque no lo creas. Al menos afinás. Pero a mí me gusta como cantamos nosotros. Como cuando estábamos en ese bondi de buena calidad, volviendo, ¿te acordás? Éramos los únicos despiertos además de dos personas y lo único que hacíamos era cantar, mientras vos usabas esas hojas. Tus manos alrededor de la cintura de tu guitarra y tus ojos que iban y volvían. De repente se venían sobre mí y... No me quedaba otra que intentar no suspirar. Creí conocerte a fondo por unos momentos.
Y encuentro ahora algo de tu ropa. Claro, venís de campo. Sería gracioso verte jugar al handball, no te imagino. Por supuesto que El Sin te tiene que acompañar, ¿no? Si me pongo a ver su mochila seguramente encuentro ropa también. ¡Bloque! Son un bloque. Y son tan lindos.
Tenés también tus cuadernos. Ja, esperaba una peor letra de tu parte. No está mal para ser hombre, querido. De hecho, está bastante bien, y no sólo para un hombre. Matemática. Teoría Literaria. Física. Tenés todo mezclado, pibe, sos un enquilombado. Mirá quién habla, ¿no? Wow. Hay un cuaderno en donde tenés anotado todas esas letras copadas que componés. Ahí está la que te dije que me gusta mucho, porque tiene todo tu lado tierno, ese que quiero conocer yo pero que escondés y escondés. Sí, es así de linda como yo recuerdo. Y quizá más.
Y también está tu cartuchera, apuntes de Química, y un par de giladas más. Y yo quiero estar entre tus cosas.

Juego.

I can't help it if it's true,
don't wanna be your man,
just wanna play with you


La peligrosa cercanía,
nuestra,
de nuestros cuerpos,
de nuestras manos,
de nuestros ojos,
hasta de nuestros labios,
me asusta,
ay, me asusta tanto
que puedo sentir la tensión,
toda esa fricción...
la emoción
de tomarte la cintura
y acercarte a mí.
Por fin.

Pero no hay problema
si querés darle otra vuelta
de tuerca
al asunto.
Si, total, ¡nadie va a llorar!
Porque esto no es un sueño profundo;
¡esto no es un amor oculto!

Ja, no, no entendés.
Yo no quiero eso
que vos creés.
¡Yo no quiero tu amor!
Sólo quiero quizás un beso
y toda la lujuria en tu voz.

viernes, 27 de noviembre de 2009

DICE que está loca DE ATAR

Quiero ver tus ojos en un reflejo, sin mirada, tan vacíos. Porque vos no querés ver, querés tocar. Y ahora descubro porqué no querés pensar, y me encanta. Tus manos tocando ese cuerpo como de mujer, haciendo vibrar las cuerdas de tu inconsciente... y todo lo quiero adivinar súbitamente. Si no encuentro la manera, me voy a destruir. Y si vos no escupís tu demencia, no podés bajar, ¿no? Pero no, no bajes, allá arriba estás vivo, y yo te quiero vivo y que vomites sobre mí toda tu enfermedad. No sirve de nada si no querés tratar, si no vas a tratar. Porque yo te quiero ver tratando, precipitándote hacia mí como lluvia, como granizo, puro como nieve, con toda tu pureza e inocencia, sobre mí: porque quiero corromperte siempre que pueda. Y sí, hay algo que ya no puedo contener, que no me (va a) deja (dejar) volar. Siempre quiero saber aunque sea un poco más de lo que escondés al resto. Mostrate. Si no querés ir, y te querés quedar, hacelo, tomá mi mano y quedate. Y cuando llegue mi hora, no me voy a detener. Ni lo sueñes. Porque a mí, como a vos, no me importa si convenzo a los demás. Quiero soñar de manera legal con vos, y no me inmuta que las plebeyas que te tienen allá arriba, de príncipe azul, me tiren bocanadas de aire y viento manchado y envidias o celos, mostrando máscaras de consejeras fieles a la realeza ¡Pero, POR FAVOR! Yo quiero soñarte y que me sueñes, y ya ni me preocupo en esconderlo. Sólo la quiero pudrir.

lunes, 16 de noviembre de 2009

citando a Aranda

Tiemblan tus manos alrededor de ese cuerpo multiforme.
Amo la manera en que lo reflexionas todo.
Amo la manera en que me mirás mientras tus manos tiemblan
y tu cabeza reflexiona.
Mirame como quiero y haceme feliz.
Quiero formar parte de tu reflexión.

viernes, 23 de octubre de 2009

Árboles pasando

Un micro y muchas personas. Ja, risas. Me río y canto o, al menos, eso intento: me quedé sin voz.
El acompañamiento de esa guitarra me hace bien, suena linda, me gusta. Mejor me callo y la dejo sonar.
Me encanta. Me encanta. Me encanta tenerla al lado. Me encanta cómo suena y cómo canta. Me encanta lo que canta.
Me encanta.
"Mi amor". Ay, guitarri(s)ta, si yo fuera tu amor...
Dejá de hacer sonar esa música desconocida. Dejá de traerme flashes a la cabeza dándome ganas de que cantes eso para mí.
Quiero llegar a casa. Quiero volver a la rutina. Quiero que vuelvas a ser el mismo de siempre, ese que veo todos los días y solo está ahí.
Dejá de traer el pasado al presente.
¿Podrías solamente dejar de cantar?

miércoles, 7 de octubre de 2009

Se despertó esa mañana sin entender demasiado. No reconocía dónde estaba. Se tomó la cabeza: Se había levantado muy rápido y se había mareado. Recordaba todo de la noche anterior, pero le parecía muy lejana, con una sensación increíble de que había sido un sueño. Puso las manos sobre las sábanas, y vio que no era su cama. Miró a su lado: ahí estaba ella. No lo había soñado. Se levantó suavemente, para no despertarla. Se vistió, mientras la miraba dormir. Era tan dulce, tan tierna, ¿quién podría querer dañarla? Sin dudas, él no. Fue a la cocina -extrañamente los padres de ella no estaban-, se sirvió un vaso de jugo, lo agarró como para llevárselo a la boca, pero no llegó a mojar sus labios. No hacía más que pensar, de reírse de sí mismo, casi como un loco. Metió la mano en un bolsillo buscando su celular. No estaba. ¿Dónde lo había puesto? En el bolsillo del jean, claro. Así, lo tomó, miró la hora (7:15) y, en seguida, empezó a escribir un mensaje de texto:
- ¿Te cuento algo? - buscó en la lista de contactos. N. Era la primera que se enteraría.
No esperaba respuesta inmediata, pero tenía bien en claro que no iba a volver a redactar otro mensaje a la misma persona hasta que ésta le hubiera respondido.
Se terminó el vaso de jugo y volvió al cuarto. La observó, un poco con lástima, un poco con un sentimiento que le era difícil explicar. ¿Culpa, quizá? No, no había motivo, ¿o sí?. Le acarició el pelo, tomó su abrigo y salió del departamento, procurando que la puerta quedara bien cerrada, ya que no podía cerrar con llave, y no era su idea despertar a la persona dormida de la cual acababa de despedirse.
Comenzó a caminar, yendo para la parada del 53. Era un día precioso, pero él sentía que existía un equilibrio muy precario, que en cualquier momento, el mínimo desliz podía arruinar tan hermoso día. Buscó monedas por todos sus bolsillos. No tenía. Bueno, el subte era una buena opción. No le gustaba viajar en subte, pero no le quedaba otra. Caminó unas cuadras. Sintió su celular vibrando junto a su pierna. Lo tomó y observó el mensaje que le había llegado:
- Dale
En ese momento, llegó a la bajada del subte. Con el celular en la mano, para no olvidar responder el mensaje, "Uno, por favor" en la ventanilla, tomó el vuelto, y se encaminó hacia los andenes. Viajar en subte siempre le había causado una sensación de encierro que no siempre estaba dispuesto a soportar. Pero, esta vez, lo único que quería era llegar a su casa, a dormir un poco más (no había dormido mucho más que una hora), a pensar con claridad. Y responder ese mensaje:
- Terminé en la cama de (y con) M.
Lo envió, con cierta satisfacción dentro de su cabeza. Se rió de sí mismo, de las veces que recordaba haber jurado no caer de nuevo en ese tipo de "errores". No le importaba. Estaba calmado. Y sabía que M. también lo estaría. No había problema.
Subió al subte, al último vagón. Había asientos libres, sí, pero prefirió quedarse al lado de la puerta, viendo las paredes moverse, las estaciones pasar, la gente subiendo y bajando, del otro lado. Se empezó a poner ansioso, no sabía si porque el subte lo irritaba o porque su celular no estaba vibrando. Miraba la hora, cuánta batería le quedaba, si tenía cierto número de teléfono. Cualquier excusa era buena.
Cuando llegó a "su" estación, estaba casi enloqueciendo. Subió las escaleras de a tres escalones, se chocó contra el molinete, se golpeó contra una mujer que lo insultó sólo un poco, y subió el tramo de escaleras que le quedaba, pero esta vez de a dos escalones. Por fin, salió. Respiró, reteniendo en sus pulmones la bocanada de aire más dulce que alguna vez había sentido, y luego lo soltó.
En ese instante, sintió la vibración en su pierna. "Mostrar".
- Piola.
Se quedó tieso, observando la pantalla del teléfono. Un bocinazo a su lado lo hizo volver del caos que se estaba produciendo en su cabeza. Bajó la tapa del celular, se lo guardó, se reprimió las ganas de patear el tacho de basura en cuya dirección comenzó a caminar, y simplemente siguió andando, como si nada sucediera, como había hechos los últimos dos meses: todo se resumía a andar. Definitivamente, su día se había arruinado con ese mensaje, con esa palabra. Siguió caminando, casi pataleando, y así se perdió entre la gente.

Mire usted lo que causa un mensaje, o dos; una muestra de necesidad de atención y una de falta de ella. Mire usted lo que hacen las palabras

viernes, 25 de septiembre de 2009

A una amada amante colectiva

Una vez más me decepcionás,
me entristecí, estuve mal,
hasta me hiciste llorar.
Una vez más te negás
a ver esa realidad
que te viene a abofetear,
que te viene a tragar.
Vos lo negás.
Negás esa verdad,
o quizás sólo es MI verdad,
esa que prejuzgás
sin pensarlo ni dos minutos.

Qué triste va a ser
cuando vengas a llorar,
decepcionada (os),
a decirme que me querés,
a decirme que me necesitás.
O no.
Cuando me vengas a culpar,
a decirme que todo lo que hice
estuvo mal.
Y yo deba insultarte
o simplemente echarte en cara
que "te lo dije",
que al final
¿qué te dijo la realidad?
Y me odies,
y me aborrezcas,
para que luego me vuelvas a llamar
para luchar,
por esto,
por lo nuestro.

Nos necesitamos, mi amor,
y yo nunca voy a faltar.
Por más que yo te odie
o vos me odies
o ambos nos odiemos
por momentos.

Y yo te quiero, claro,
sino no te estaría escribiendo.

Hoy, sos mi musa,
porque amo tu movimiento,
con tus brazos al ritmo del bombo
y tus gritos al viento.
Amo tus mil voces que me aturden
aunque a veces de mí te burles.
Y yo quiero verte
la semana que viene
bancando esto,
defendiendo el campo,
defendiendo lo nuestro.

domingo, 13 de septiembre de 2009

One last time

Can I hold you one last time?
To fight this fear that is growing in my mind.
I know I did us both, oh, so wrong,
I know I'm not always all that strong

The Kooks

jueves, 10 de septiembre de 2009

Malflash madruguero

Hora exacta: 3:52
Son casi las 4 de la mañana. Es, creo, la tercera noche seguida en la que parte decido y parte me obliga mi maquinera mente a estar en la cama recién a esta hora, a dirijirme a mi sala personal para escapar de la realidad a través del beso de Morfeo.
No está bueno, creeme. Me va a costar mucho despertarme en cerca de cuatro horas para continuar con la rutina semanal.
Hasta hace tres minutos, más o menos, tenía un cigarrillo en la mano, como en las últimas tres noches, y la cabeza laburando a mil por hora. Me cuesta dormir si no es que mi cuerpo ya me obliga, forzosamente. Y, encima, hasta sumergida en mi subconsciente me es muy difícil escaparme. Porque, si no te veo, no resulta suficiente pensar acerca del horror emocional que paso, y termino viéndote en los sueños más malflasheros que tuve acerca del momento en que te confiese que no me banco ni dos segundos más sin vomitarte todo en la cara.
Dejame cambiarle un poco la letra a "Requiem for O.M.M. 2" para aplicarla a mí totalmente:
I don't need a photograph, 'cause you never leave my mind.
Qué linda canción, es una de mis favoritas. Y, sin dudas, ese cambio representa la odiosa situación en la que, afortunadamente, no ves que estoy. Ay, cómo te extraño, la puta madre.
Y así estoy, sentada, con el cuerpo medio tapado por una sábana, una frazada y un cubrecama, con el cuaderno de inglés (el único que tiene hojas en blanco actualmente) y la microfibra violeta en la mano, mi preferida, mi elemento favorito en la bolsa lila con corazones plateados que uso provisoriamente a falta de una cartuchera propiamente dicha. Ah, y, para colmo, está sonando Heart in a cage. Sí, duermo con música. Y en este tiempo, el cd elegido (a falta de mp3 que ande/otro cd mejor que no sea de jazz -porque Coltrane o Weather Report me despavilarían-) es, claro, First impressions of Earth. Vos sabés cuánto amo, entre otras cosas de "Los Estroques", la sensual voz de Casablancas. ¿No te parece un poco irónico que con lo que estoy escribiendo, esté escuchando esa canción, y ese cd, que tantos malos recuerdos me traen? Qué se yo. "Por algo será".
Y más allá de todo, no puedo dejar de pensar en la posibilidad de confesarte de alguna manera todo esto, ya sea directa o indirectamente, la próxima vez o alguna vez no tan lejana que nos veamos. ¿Cómo sería "indirectamente"? Dejame pensar...
Podría ser algo así como dejar caer o dejar muy a la vista alguno de los... numerosos escritos que te "dediqué" (¡Como este!), por decirle de alguna manera, de modo que te llamara lo suficiente la atención como para que te generara intriga, curiosidad, etc. Qué... raro sería estar viéndote leer algo de eso, ver cómo todo, repentinamente, cambia: ver tus ojos abriéndose disimuladamente, ver todo tu cuerpo reaccionando al comprender el sentido de lo que estás leyendo, ver lo que harías una vez habiendo termnado de leer, con todo lo que ello implicaría. Sería bastante raro, ¿no? Al mismo tiempo, sería, probablemente, un choque de emociones contrariadas importante; no sé si tanto por tus emociones con las mías, la verdad es que ahí no sabría qué esperar, sino de mis emociones entre sí: El alivio con el terror a lo que "vendrá" provocarían una especie de colapso nervioso, peor que cualquiera que hubiera tenido antes. Y eso que esas son sólo dos del impossible-to-know número de sensaciones que me invadirían en ese momento: sumale, entre otras, los nervios, la ansiedad, la expectativa, la duda. No creo que pudiera soportarlo. Bueno, mentira, lo soportaría, pero serían los... diez minutos más largos de toda mi puta y corta vida.
Ay, cierto. Acabo de recordar el mayor PORQUÉ para evitar a toda costa el momento anteriormente mencionado: tengo quince años, QUINCE. Y vos... bueno. Yo tengo mis crisis adolescentes que, por ahora, parecen no tener muchas ganas de aflojar y dejarme crecer mucho más. ¿No es horrible darse cuenta de este tipo de cosas, caer, y saber que la posibilidad más grande (mucho más que el resto) que estás manejando es la de darte contra una pared más dura que una de hormigón reforzado? Ja, sería bastante paradójico si pudiéramos vernos a nosotros mismos, en un bar, diciéndonos el uno al otro lo lindos y geniales que somos, como suele pasar. Ya sé, ya sé, no significaba nada que estuviera por fuera de la amistad hermosa que tenemos. Cómo quisiera que connotaran o denotaran algo más, y que tus supuestas ganas de altar fueran y de una hija y viajes por distintos lugares del globo fueran reales, y no sólo un tonto chiste interno. Quisiera poder acortar la(¿s?) diferencia(¿s?). Quisiera tener la capacidad de adelantar el tiempo hasta el momento en que pudiéramos tomarnos de la mano, y decir "pensar que jodíamos con que nos íbamos a casar".
Quisiera saber si esto es un texto poético.
Hora exacta: 04:34

Hora de Física, 2/muchos

Quiero que me cuentes todo
lo que no
hablás en cada momento

Quiero que digas
lo que quiere
mi mente
oír salir de tu garganta,
desde tus entrañas
hasta la calidez
de tus metálicos dientes.

Los sueños color
café, carmesí
y bordeaux
han expresado todos los deseos
reprimidos
en el inconsciente, sí.

Quiero colgar mi alma del techo,
por fuera del pecho
sin corazón.
Así podría quedar
más cerca de tu divino andar
que de este paraíso
que nada vale, por ser terrenal.
Más cerca de vos
que de mi voz.

Puras palabras

You don't love me the way that I love you

Un abrazo,
todo se arregla con un poco de "amor".
Un abrazo, dulces palabras,
¡ABRA-CADABRA!
Se fue el dolor.

Decilo.
Decilo, por el amor que
hay en esta esquina.
Decilo, abrí un ventanal
por el que
pueda entrar.
Ni siquiera pido una entrada triunfal.
QUIERO ESCUCHARTE DECIRLO, ¡HABLÁ!

¿no lo vas a decir?
Yo
ya no quiero mentir.
No quiero aparentar.
ya no quiero omitir
palabras que,
por más que te niegues,
vas a tener que guardar,
que retener.
Ya no quiero actuar,
quiero dejar
de interpretar
un papel que no puedo sobrellevar.
Quiero vomitar
todo lo que tengo en los pulmones,
en la garganta,
en cada extremidad.
Y si vos no lo decís,
seré yo quien hable y diga
que tengo una espina de pez clavada
en medio del pecho
(qué cliché),
en mis vísceras aplastadas,
y mis neuronas colgadas
del techo
no van a bajar.
Ni siquiera a saludarte.

Su ira no es en tu contra, claro,
es en la mía.
Porque ya no te puedo observar
sin que una tormenta de rouge me persiga.
Mirá lo patética que es esta poesía,
tan infantil,
que nunca vas a saber interpretar.

viernes, 4 de septiembre de 2009

La misma moneda, cara II

And I, and I need that soul
'cause you're always soulful.
And I need that heart
'cause you're always in the right places

¿Cómo estás, che? Tanto tiempo... (Lo abraza)
Che, quiero que hablemos (duda) Hay un par de cosas que deberías saber.
No, no, tranqui, nada "grave".
No, mis viejos, tranquis. Bue, tranqui para lo que son ellos (hace una mueca) Vos sabés.
Pará, pará, ¿me dejás que te explique?
Ehm... esto es... difícil. No... tengo ganas de caer en clichés pero, creo, no me queda otra (Suspira, en señal de frustración)
No, boludo, ¡no estoy embarazada! (su voz era casi una risa, pero algo la molestaba, y era el no poder)
A ver, biológicamente es imposible autoembarazarse, viste (sonríe, con un dejo de sarcasmo. Lo escucha y ve reír)
No, en serio, está todo bien, sólo es medio... complicado. Sí, complicado es la palabra correcta (Pausa. Ella baja la vista, como mirándose a sí misma) Che, esto es horrible.
No, bobo, no me refiero al chaleco y la camisa. Igual, sí, es horrible también, una mersada (hace una mueca de desagrado)
Callate (Su cara muestra un "dolor interno", y se exaspera un poco), me chupa un huevo que a vos te guste (Arrima una lágrima, pero logra retenerla) Yo podría ponerme piel de rinoceronte o de puercoespín y a vos te seguiría gustando cómo me queda (Calla y lo mira. Él no entiende, y sólo puede concebir una idea, que le resulta descabellada), ¿o no?
(Él la halaga, con toda su sensualidad y ternura) ¡¿Ves?! De eso te quería hablar: ¡No hagas eso!
¿Cómo "¿qué cosa?"? ¡Eso!
(Él sonríe; comienza a comprender a qué se refiere) ¡Sí! Esas boludeces.
Mmh... temía que hicieras esa pregunta. Ahora es que viene la parte jodida.
Sí, deberías tener "miedito" (se muerde el labio, está nerviosa, se acerca el momento)
Ya debés habértelo imaginado, ¿no?
Dale, no te hagas el gil (su tono es triste y su voz, quebradiza) Bien sabés qué pasa.
No, no, no quiero decirlo, chabón (Retiene las lágrimas) Ya está, ya entendiste.
(Él abre los brazos, buscando un abrazo) No, no, no lo hagas más jodido (cede finalmente ante el abrazo y ante un par de lágrimas rebeldes)
Sí, estoy hasta la japi.

La misma moneda, cara I

You're such a good friend I hafta break your heart.
I'll tell you that I love you, then I'll tear your world apart

Hola, hermosa.
Bien bien (La abraza) Bastante tranquilo.
(Ella sonríe, pero luego se pone seria) ¿Uh? ¿Qué pasa? ¿Pasó algo grave?
¿Padres? (Su voz era preocupada)
(Sonríe) Sí, ya sé cómo son. Entonces, ¿qué pasó? ¿el colegio? ¿P. de nuevo?
(ella lo frena) Bueno, disculpame. Te escucho.
(Mira con extrañeza la frustración de ella) ¡¿ESTÁS EMBARAZADA?!
Bueno, bueno, tranquila, no sé, quizá S...
(Ríe ante su sarcasmo y su sonrisa, pero en seguida reaparece la preocupación) Pero, entonces, ¿qué pasa? ¿estás bien?
No, mentira, estás hermosa vestida así, ese chaleco y esa camisa me gustan, te van bien (le sonríe)
No concuerdo. Te queda bien y no es para nada mersa.
Y, sí, no dejás de ser hermosa nunca. Te llevo a F. y te traés media docena - o más - de snobies (le vuelve a sonreír, intentando calmar la exasperación de ella)
¿Qué cosa? (su voz es de sorpresa, ella nunca había sido así con él)
(Sonríe al notar la idea que su mente había concebido hacía algunos momentos, la cual le suena muy boba) ¿Decirte lo linda que sos?
(Comienza a preocuparse de nuevo) ¿Por qué? ¿me podés decir lo que pasa?
(Se shockea. Un extraño miedo combinado con un nervioso temblor lo hace vacilar) ¿Debería tener miedito? (Sin embargo, permanece inmutable, en voz y aspecto)
(Con nerviosismo la observa morderse el labio. Una repentina sequedad en la garganta lo obliga a tragar saliva de manera casi escandalosa. No puede decir nada, así que se limita a observarla. Su anterior idea ya no suena ridícula; todo lo contrario. Intenta convencerse de que flashea)
No, la verdad, no entiendo (miente para darle la oportunidad de mostrarle que fue muy bobo al paranoiquear así)
(Ella nota su mentira. La escucha triste y se le rompe el corazón por esa tristeza para nada ajena) ¿Decirlo no será mejor? (Se niega la realidad. El daño ya está hecho. Sólo puede ofrecerle el cobijo para esas lágrimas que corrían por su culpa)
(Ella, tras resistencia, cede al abrazo) Te enamoraste de mí, ¿correcto?
Me lo imaginé.

miércoles, 12 de agosto de 2009

No voy a ponerle "Un sueño café"

Anoche
tuve un sueño color café
¡Un sueño color café!
No marrón,
no bordeaux.
Ni miel,
ni caramel.

Un sueño profundo y maravilloso,
tan hermoso,
como horriblemente tormentoso
Un sueño perfecto,
como dicen,
tan equivocado
como correcto:
sin final, abierto
sin un determinante comienzo.

Yo tuve un sueño color café

Café adictivo.
Café mañanero.
Café marinero
Café educativo
Café oficinista,
Café alquimista,

Yo tuve un sueño de jazmines y calas
Yo tuve un sueño de esquinas doradas.
Un sueño con comienzos tristes,
un sueño con raros finales.
Un sueño de café lloviendo en el campo.
Un sueño de carnes caminando.
de vidas
volando,
de sueños
andando.
de ojos
girando.
de rosas
cantando
llorando
gritando
matando.

Yo tuve
un sueño,
tejido en macramé
como las pulseras de tus muñecas,
sobre toda tu vida.
Yo tuve
un sueño café
profundo como los ojos tuyos
que nunca, jamás me miran.

lunes, 27 de julio de 2009

Time

"Hice esta canción para acercarme a tí,
para que al escucharla comprendas,
que al pensarte siento en mí,
mucho amor y mucha pena. (...)
No tratés de resolverlo, no le busques solución.
Para juntar nuestras almas sé que no hay
nada mejor que el tiempo."
Miranda


Cada diez pensamientos fugaces
que hago últimamente
en tres o más te encuentro, "mi amor".
Torturás mis noches de insomnio,
y a veces también mis días de lucidez.

¿Sabías porqué amo este frío que roza lo polar, que casi que nos obliga a quedarnos en un refugio cercano a una estufa, a salvo del viento y la lluvia helada? Porque así como se enfría el ambiente, el asfalto, el aire y las calles, también pareciera enfriarse la gente. Y con ella, toda la ciudad. Esta ciudad que nos ve día a día de un lado para otro, explotando las veredas y el pavimento, pareciera perder un poco el calor que luego volverá cuando comience a acercarse el retorno de las flores y todo lo poco de verde que queda en nuestra "hermosa" Buenos Aires. Tanto frío nos lleva a acercarnos un poco más a quién tenemos a nuestro lado mientras vamos viajando a las nueve en la mañana en un lunes en el 2 que va para Puerto Madero, lleno hasta rebalsar, como un vaso de agua dejado bajo la canilla abierta de la pileta de la cocina, de oficinistas que corren hacia su trabajo porque van tarde.

Como he dicho, la gente pareciera enfriarse cuando se encuentra por esta época. Y yo me encuentro entre esa gente.
Todo en mí se enfría hacia estos tiempos: Las orejas, los pies, las manos, los dedos, los ojos y, en especial, mi cabeza. Y así mi cabeza se vuelve una caja que pareciera enfriarse cada vez más por este frío que me vuela el pelo que, por suerte, aún no se me cae al sentir una brisa fuerte.
Así es como logro pensar.
¿Pensar qué?
Pensar esos pensamientos que quizá, antes no había querido ni arrimar.
Pensar esos pensamientos que ahora se enfrentan en mi cabeza, que se odian, que quieren prevalecer.

¿Nunca sentiste que comenzaba a quemarte neurona por neurona cuando ibas caminando por una gran avenida, pensando en tus cosas, sufriendo lo que te encontrabas justamente adentro tuyo, pero al mismo tiempo la temperatura en la televisión marcaba un grado, con sensación térmica de ocho décimos, y el viento golpeaba tu cara como una cachetada, pero no lo sentías por ese ardor que solamente estaba en tu cabeza?
¿No? ¿Nunca?
Es una lástima que no puedas comprenderlo.
Es una lástima que todo sea tan frío.

Y a cada paso que daba en esa avenida, más sentía quemarse el interior de mi cráneo, como las brasas que quedan al terminar un asado en la entrada de la primavera.
Solamente pensaba. Pensaba en todo lo que ha sucedido.

En vos. En mí.
Y sentía luchar emociones dentro de mi cabeza.
Golpeando por un lado.
Quemando por el otro.
Gritando, saltando, corriendo, escapando, buscando, hallando, callando, explotando, implotando,
escupiendo verdades sobre mis neuronas, las cuales en ningún momento han decidido obligarme a aceptarme lo que sea que esté sucediendo.
Y así es como quedo en la nada.

Y sigo quedando en la nada, mientras el tiempo pasa y yo y mis neuronas no comprendemos.

Lo único que sé es que cada vez más mi interior cubre con tierra una parte de mi razón, de mi conciencia y de mis sentimientos,
que luchan por no quedar en el olvido.
¿Me explicarías porqué tienen que ser tan testarudos?
¿Por qué simplemente no pueden quedar en el fondo del cajón
o desaparecer
o ganar simplemente este pleito de una vez?
¿Por qué?

Uno más, uno menos que me mire, no va a matar a mi alma.
Y odio que haya un vestigio de ilusión, de esperanza en todo este problema.
Porque no hay nada peor que todo eso combinado con el tiempo, que como todo lo cura, también todo lo hace crecer, y también hace a las heridas crecer y crecer. Para luego curarlas, claro, y así poder dar una buena imagen, en vez de esa imagen destructiva que los simples mortales nos negamos a ver cada noche.

Pero al fin y al cabo en algún momento terminará. Y todo siempre termina bien, a corto o largo plazo.

Así es como sobrevivo cada día todas las pesadillas que por lapsos me suponen vivir en este mundo el día a día.
Por suerte, mis problemas no son tan graves como parecen. Todos tienen solución, y ninguno es lo suficientemente fuerte como para lograr que tenga ganas de acabar con mi vida. Primero, recurriría a un psiquiatra, intentando saltearme el paso del psicólogo. Esos no sirven.
Mmh...
Al fin y al cabo, no es tan malo esto del tiempo.

sábado, 25 de julio de 2009

I need some information first
Just the basic facts:
Can you show me where it hurts?

Esto se torna cada vez más ilusorio: Todo, absolutamente todo, se relaciona con quien cada día me da un poco más de fuerza para seguir. No quiero, no, no.
No quiero.
¿Y por qué habría de querer?
¿Por qué habríamos ambos de querer que continúe esta psicosis destructiva?
No es por él, no es por "nosotros".
Es por mí.
Cada pensamiento, por más fugaz que sea, desata todo un arsenal de tormentos. Puedo serenarlos, aún.
¿Y cuando no pueda? ¿Y cuando quieran explotar? ¿Y cuando vayan a explotar?
Mi mente no quiere solamente dejar todo fluir. Tanta belleza en un pequeño lapso de tiempo no puede ser simplemente opacada por un tonto despertar del sol, por un bobo instante de lucidez, por un pobre sentimiento mundano.

Tanta belleza.
Tanta primavera en un frío polar.
Tanta luminosidad en un simple elevar de los bordes de la boca del lobo.
No puede acabar.
No acabará.

Si no puede progresar, si no puede evolucionar y sobrevivir de esa manera,
no podrá ser.

jueves, 2 de julio de 2009

Casualidad - Miranda

Busco más decir
algo nuevo de mí
alguna frases que conforman en una historia
que se graba en tu memoria
como te grabaste tú,
en mí.

Tu presencia ya vez,
condiciona mi actuar
acelerando mis latidos y mis pasos
reprimiendo los abrazos
que otra veces yo te di
a tí.

Preferiría ser un poco más,
poco mas duro para soportar,
tener que verte así como si nada.
Después de haberte dicho que ya te he olvidado
que eres parte de un pasado
al cual no quiero recurrir,
nunca más.

Se que no lo crees,
o talvez no has podido verlo
pero tambien he sufrido mucho al dejarte
me he sentido miserable
peros e que fue mejor,
así.

Nada tuvo que ver,
el haber conosido a alguien
porque tu luz en mi
ya no se reflejaba
y en tus ojos no encontraba
lo que amí me enamoró,
de tí.

Preferiría ser un poco más,
poco mas duro para soportar,
tener que verte así como si nada.
Después de haberte dicho que ya te he olvidado
que eres parte de un pasado
al cual no quiero recurrir,
nunca más.

Sin embargo
te veo y me provocas
ganas de escaparme
ahora contigo
y estar juntos
una vez mas.
Llevame esta noche como antes
olvidemosnos de lo que ayer
nos separó.

Puede ver que lo que estás pidiendo
es exácta la cosa que yo quiero hacer
Puede ser que este encuentro casual
nos lleve a dormir juntos por ultima vez

El reloj se detiene
cuando tus palabras me alcanzan
y entonces mis pies se levantan
no me cuido y me ilusionare otra vez.


Sin dudas debe ser uno de los peores momentos del último mes. Debería estar feliz porque toda la presión que se me venía encima en los próximos tiempos, se esfumó, por un lapso de 32 días. 32 días de descanso. O eso pensaba. Y cada vez me tienta más redactar y redactar y redactar y enviar. ¿Tan malo sería? Y sí, ahora lo noto. Si sigo escuchando canciones nuevas de un viejo cd guardado entre los mejores y sigo discubriendo paralelismos totalmente destructivos, ¿podría simplemente mentirte y, probablemente, mentirme diciendo "Ya está todo en su lugar"? No, siguen quedando cabos sueltos, siguen quedando tuercas flojas, siguen habiendo engranajes que no pueden colocarse en su lugar correcto. Soy una máquina, siempre lo fui, pero no puedo hacerme funcionar.

domingo, 10 de mayo de 2009

Ven, te invito a desaparecer

Tómame en tu mano, llévame.
¿Qué importa si tenemos el tiempo en nuestra contra?

Flores, flores, flores. Flor. Lleva al extremo tu inconsciencia y hazme crecer.
Qué más da si todo terminará mal.
De todos modos terminará mal.
Aunque no quieras terminará mal.
Por más que trates terminará mal.
¿Por qué no habríamos de disfrutar la lluvia que cae marcando nuestros rasgos, nuestras caras, e imaginarnos que son las lágrimas que pronto cruzarán nuestras mejillas? Humana.
Sueña, imagina, desata un mundo utópico.
Todo depende de tí.
Por tí.
Para tí.
A tí.
Sin tí.
Contigo.
Conmigo.
Con nosotros.
Y nosotros mismos.
Y el mundo mismo.
Y la utopía misma.
Desata tu imaginación y rosa mis labios, destraba las barreras. Corre. Crea en tu cabeza imágenes que se traduzcan en realidades. Surrealista.
Metamorfoséate en una flor.
La mano que te llevará consigo será una que no te dejará morir.
No mueras.
No mates.
Déjate tocar por el brillo del disco dorado, contágiate. Vuélvete de oro. No es tanto lo que te hace falta.
Huelo tu perfume tan familiar y desconocido, tan real y relativo, tan fantástico y fantasioso.
Quiero soñar tu suerte.
Desear tu muerte.
Arrepentirme.
Comprarte.
Guardarte.
Encajonarte.
Empacarte.
Llevarte.
Aislarte.
Y, finalmente, soltarte.
Quiero verte volar. Quiero verte boomerang.

Me contradigo y rezongas. Te contradices y rezongo.
Todo catastrofeará.
Todo caoserá.

Intenta.
Todo terminará mal, lo sé.
Pero buen tiempo dejarás pasar.

miércoles, 15 de abril de 2009

Primaveras

Si me permites posar un pie delante de otro sin chocarlos, sin que se toquen, sin que se estorben, crecerá mi intelecto y develará toda su ira mi esplendor.
No soy la viva imagen del esplendor, pero podré brillar cuanto desee ahogándome en los cabellos color esmeralda con aquel tacto sutilmente frío, tanto como para subir las comisuras de tus labios sedosos. Y de los míos, no tan cómodos.

Envíame una invitación a caminar por esta calle repleta de flores, las cuales sonreirán al ver consumado el alineamiento de un par de planetas revoltosos. Saludarán y reirán, se sonrojarán y se burlarán. Invítame a tomar un café en un lirio y comer galletas de una rosa.
[No nos hará mal]]

Podríamos andar. ¿Qué tal si tomas ese jazmín y lo enredas en mi pelo? Mientras tanto, jugaré con las espirales naturales de tu cuerpo, enredaré mis manos.

Vas a reír.

Memorias

Podrá tu mente comprender la idea de que las palabras salidas de entre aquellos trozos de seda fina arden más que nuestra estrella amarilla un día de pleno Enero. Enero, me enamoras.

Mira por un segundo, posa tus ojos unos segundos en el mar, este mar, mi mar: ¿me ves, allí, dando manotazos de ahogado? ¿Me darás tu mano? O deja que mis pulmones respiren líquido, de una vez. Deja de fingir entusiasmo, y luego decepción, y entusiasmo de nuevo. Deja de encender esas luces para luego dirigirme contra una pared creyendo que en la pared está la fuente de luminosidad.

Elige. Rompe con lo conocido. No hay más que puedas hacer que avanzar o retirarte. Es un juego. O me endulzas, bañándote de miel, irresistible, o metes limones en mi boca. No hagas más ambas cosas, he tenido suficiente.

¿Me dejarás crecer siendo un lirio, cuando crecen en tu mente jazmines? Quiero.