viernes, 25 de septiembre de 2009

A una amada amante colectiva

Una vez más me decepcionás,
me entristecí, estuve mal,
hasta me hiciste llorar.
Una vez más te negás
a ver esa realidad
que te viene a abofetear,
que te viene a tragar.
Vos lo negás.
Negás esa verdad,
o quizás sólo es MI verdad,
esa que prejuzgás
sin pensarlo ni dos minutos.

Qué triste va a ser
cuando vengas a llorar,
decepcionada (os),
a decirme que me querés,
a decirme que me necesitás.
O no.
Cuando me vengas a culpar,
a decirme que todo lo que hice
estuvo mal.
Y yo deba insultarte
o simplemente echarte en cara
que "te lo dije",
que al final
¿qué te dijo la realidad?
Y me odies,
y me aborrezcas,
para que luego me vuelvas a llamar
para luchar,
por esto,
por lo nuestro.

Nos necesitamos, mi amor,
y yo nunca voy a faltar.
Por más que yo te odie
o vos me odies
o ambos nos odiemos
por momentos.

Y yo te quiero, claro,
sino no te estaría escribiendo.

Hoy, sos mi musa,
porque amo tu movimiento,
con tus brazos al ritmo del bombo
y tus gritos al viento.
Amo tus mil voces que me aturden
aunque a veces de mí te burles.
Y yo quiero verte
la semana que viene
bancando esto,
defendiendo el campo,
defendiendo lo nuestro.

domingo, 13 de septiembre de 2009

One last time

Can I hold you one last time?
To fight this fear that is growing in my mind.
I know I did us both, oh, so wrong,
I know I'm not always all that strong

The Kooks

jueves, 10 de septiembre de 2009

Malflash madruguero

Hora exacta: 3:52
Son casi las 4 de la mañana. Es, creo, la tercera noche seguida en la que parte decido y parte me obliga mi maquinera mente a estar en la cama recién a esta hora, a dirijirme a mi sala personal para escapar de la realidad a través del beso de Morfeo.
No está bueno, creeme. Me va a costar mucho despertarme en cerca de cuatro horas para continuar con la rutina semanal.
Hasta hace tres minutos, más o menos, tenía un cigarrillo en la mano, como en las últimas tres noches, y la cabeza laburando a mil por hora. Me cuesta dormir si no es que mi cuerpo ya me obliga, forzosamente. Y, encima, hasta sumergida en mi subconsciente me es muy difícil escaparme. Porque, si no te veo, no resulta suficiente pensar acerca del horror emocional que paso, y termino viéndote en los sueños más malflasheros que tuve acerca del momento en que te confiese que no me banco ni dos segundos más sin vomitarte todo en la cara.
Dejame cambiarle un poco la letra a "Requiem for O.M.M. 2" para aplicarla a mí totalmente:
I don't need a photograph, 'cause you never leave my mind.
Qué linda canción, es una de mis favoritas. Y, sin dudas, ese cambio representa la odiosa situación en la que, afortunadamente, no ves que estoy. Ay, cómo te extraño, la puta madre.
Y así estoy, sentada, con el cuerpo medio tapado por una sábana, una frazada y un cubrecama, con el cuaderno de inglés (el único que tiene hojas en blanco actualmente) y la microfibra violeta en la mano, mi preferida, mi elemento favorito en la bolsa lila con corazones plateados que uso provisoriamente a falta de una cartuchera propiamente dicha. Ah, y, para colmo, está sonando Heart in a cage. Sí, duermo con música. Y en este tiempo, el cd elegido (a falta de mp3 que ande/otro cd mejor que no sea de jazz -porque Coltrane o Weather Report me despavilarían-) es, claro, First impressions of Earth. Vos sabés cuánto amo, entre otras cosas de "Los Estroques", la sensual voz de Casablancas. ¿No te parece un poco irónico que con lo que estoy escribiendo, esté escuchando esa canción, y ese cd, que tantos malos recuerdos me traen? Qué se yo. "Por algo será".
Y más allá de todo, no puedo dejar de pensar en la posibilidad de confesarte de alguna manera todo esto, ya sea directa o indirectamente, la próxima vez o alguna vez no tan lejana que nos veamos. ¿Cómo sería "indirectamente"? Dejame pensar...
Podría ser algo así como dejar caer o dejar muy a la vista alguno de los... numerosos escritos que te "dediqué" (¡Como este!), por decirle de alguna manera, de modo que te llamara lo suficiente la atención como para que te generara intriga, curiosidad, etc. Qué... raro sería estar viéndote leer algo de eso, ver cómo todo, repentinamente, cambia: ver tus ojos abriéndose disimuladamente, ver todo tu cuerpo reaccionando al comprender el sentido de lo que estás leyendo, ver lo que harías una vez habiendo termnado de leer, con todo lo que ello implicaría. Sería bastante raro, ¿no? Al mismo tiempo, sería, probablemente, un choque de emociones contrariadas importante; no sé si tanto por tus emociones con las mías, la verdad es que ahí no sabría qué esperar, sino de mis emociones entre sí: El alivio con el terror a lo que "vendrá" provocarían una especie de colapso nervioso, peor que cualquiera que hubiera tenido antes. Y eso que esas son sólo dos del impossible-to-know número de sensaciones que me invadirían en ese momento: sumale, entre otras, los nervios, la ansiedad, la expectativa, la duda. No creo que pudiera soportarlo. Bueno, mentira, lo soportaría, pero serían los... diez minutos más largos de toda mi puta y corta vida.
Ay, cierto. Acabo de recordar el mayor PORQUÉ para evitar a toda costa el momento anteriormente mencionado: tengo quince años, QUINCE. Y vos... bueno. Yo tengo mis crisis adolescentes que, por ahora, parecen no tener muchas ganas de aflojar y dejarme crecer mucho más. ¿No es horrible darse cuenta de este tipo de cosas, caer, y saber que la posibilidad más grande (mucho más que el resto) que estás manejando es la de darte contra una pared más dura que una de hormigón reforzado? Ja, sería bastante paradójico si pudiéramos vernos a nosotros mismos, en un bar, diciéndonos el uno al otro lo lindos y geniales que somos, como suele pasar. Ya sé, ya sé, no significaba nada que estuviera por fuera de la amistad hermosa que tenemos. Cómo quisiera que connotaran o denotaran algo más, y que tus supuestas ganas de altar fueran y de una hija y viajes por distintos lugares del globo fueran reales, y no sólo un tonto chiste interno. Quisiera poder acortar la(¿s?) diferencia(¿s?). Quisiera tener la capacidad de adelantar el tiempo hasta el momento en que pudiéramos tomarnos de la mano, y decir "pensar que jodíamos con que nos íbamos a casar".
Quisiera saber si esto es un texto poético.
Hora exacta: 04:34

Hora de Física, 2/muchos

Quiero que me cuentes todo
lo que no
hablás en cada momento

Quiero que digas
lo que quiere
mi mente
oír salir de tu garganta,
desde tus entrañas
hasta la calidez
de tus metálicos dientes.

Los sueños color
café, carmesí
y bordeaux
han expresado todos los deseos
reprimidos
en el inconsciente, sí.

Quiero colgar mi alma del techo,
por fuera del pecho
sin corazón.
Así podría quedar
más cerca de tu divino andar
que de este paraíso
que nada vale, por ser terrenal.
Más cerca de vos
que de mi voz.

Puras palabras

You don't love me the way that I love you

Un abrazo,
todo se arregla con un poco de "amor".
Un abrazo, dulces palabras,
¡ABRA-CADABRA!
Se fue el dolor.

Decilo.
Decilo, por el amor que
hay en esta esquina.
Decilo, abrí un ventanal
por el que
pueda entrar.
Ni siquiera pido una entrada triunfal.
QUIERO ESCUCHARTE DECIRLO, ¡HABLÁ!

¿no lo vas a decir?
Yo
ya no quiero mentir.
No quiero aparentar.
ya no quiero omitir
palabras que,
por más que te niegues,
vas a tener que guardar,
que retener.
Ya no quiero actuar,
quiero dejar
de interpretar
un papel que no puedo sobrellevar.
Quiero vomitar
todo lo que tengo en los pulmones,
en la garganta,
en cada extremidad.
Y si vos no lo decís,
seré yo quien hable y diga
que tengo una espina de pez clavada
en medio del pecho
(qué cliché),
en mis vísceras aplastadas,
y mis neuronas colgadas
del techo
no van a bajar.
Ni siquiera a saludarte.

Su ira no es en tu contra, claro,
es en la mía.
Porque ya no te puedo observar
sin que una tormenta de rouge me persiga.
Mirá lo patética que es esta poesía,
tan infantil,
que nunca vas a saber interpretar.

viernes, 4 de septiembre de 2009

La misma moneda, cara II

And I, and I need that soul
'cause you're always soulful.
And I need that heart
'cause you're always in the right places

¿Cómo estás, che? Tanto tiempo... (Lo abraza)
Che, quiero que hablemos (duda) Hay un par de cosas que deberías saber.
No, no, tranqui, nada "grave".
No, mis viejos, tranquis. Bue, tranqui para lo que son ellos (hace una mueca) Vos sabés.
Pará, pará, ¿me dejás que te explique?
Ehm... esto es... difícil. No... tengo ganas de caer en clichés pero, creo, no me queda otra (Suspira, en señal de frustración)
No, boludo, ¡no estoy embarazada! (su voz era casi una risa, pero algo la molestaba, y era el no poder)
A ver, biológicamente es imposible autoembarazarse, viste (sonríe, con un dejo de sarcasmo. Lo escucha y ve reír)
No, en serio, está todo bien, sólo es medio... complicado. Sí, complicado es la palabra correcta (Pausa. Ella baja la vista, como mirándose a sí misma) Che, esto es horrible.
No, bobo, no me refiero al chaleco y la camisa. Igual, sí, es horrible también, una mersada (hace una mueca de desagrado)
Callate (Su cara muestra un "dolor interno", y se exaspera un poco), me chupa un huevo que a vos te guste (Arrima una lágrima, pero logra retenerla) Yo podría ponerme piel de rinoceronte o de puercoespín y a vos te seguiría gustando cómo me queda (Calla y lo mira. Él no entiende, y sólo puede concebir una idea, que le resulta descabellada), ¿o no?
(Él la halaga, con toda su sensualidad y ternura) ¡¿Ves?! De eso te quería hablar: ¡No hagas eso!
¿Cómo "¿qué cosa?"? ¡Eso!
(Él sonríe; comienza a comprender a qué se refiere) ¡Sí! Esas boludeces.
Mmh... temía que hicieras esa pregunta. Ahora es que viene la parte jodida.
Sí, deberías tener "miedito" (se muerde el labio, está nerviosa, se acerca el momento)
Ya debés habértelo imaginado, ¿no?
Dale, no te hagas el gil (su tono es triste y su voz, quebradiza) Bien sabés qué pasa.
No, no, no quiero decirlo, chabón (Retiene las lágrimas) Ya está, ya entendiste.
(Él abre los brazos, buscando un abrazo) No, no, no lo hagas más jodido (cede finalmente ante el abrazo y ante un par de lágrimas rebeldes)
Sí, estoy hasta la japi.

La misma moneda, cara I

You're such a good friend I hafta break your heart.
I'll tell you that I love you, then I'll tear your world apart

Hola, hermosa.
Bien bien (La abraza) Bastante tranquilo.
(Ella sonríe, pero luego se pone seria) ¿Uh? ¿Qué pasa? ¿Pasó algo grave?
¿Padres? (Su voz era preocupada)
(Sonríe) Sí, ya sé cómo son. Entonces, ¿qué pasó? ¿el colegio? ¿P. de nuevo?
(ella lo frena) Bueno, disculpame. Te escucho.
(Mira con extrañeza la frustración de ella) ¡¿ESTÁS EMBARAZADA?!
Bueno, bueno, tranquila, no sé, quizá S...
(Ríe ante su sarcasmo y su sonrisa, pero en seguida reaparece la preocupación) Pero, entonces, ¿qué pasa? ¿estás bien?
No, mentira, estás hermosa vestida así, ese chaleco y esa camisa me gustan, te van bien (le sonríe)
No concuerdo. Te queda bien y no es para nada mersa.
Y, sí, no dejás de ser hermosa nunca. Te llevo a F. y te traés media docena - o más - de snobies (le vuelve a sonreír, intentando calmar la exasperación de ella)
¿Qué cosa? (su voz es de sorpresa, ella nunca había sido así con él)
(Sonríe al notar la idea que su mente había concebido hacía algunos momentos, la cual le suena muy boba) ¿Decirte lo linda que sos?
(Comienza a preocuparse de nuevo) ¿Por qué? ¿me podés decir lo que pasa?
(Se shockea. Un extraño miedo combinado con un nervioso temblor lo hace vacilar) ¿Debería tener miedito? (Sin embargo, permanece inmutable, en voz y aspecto)
(Con nerviosismo la observa morderse el labio. Una repentina sequedad en la garganta lo obliga a tragar saliva de manera casi escandalosa. No puede decir nada, así que se limita a observarla. Su anterior idea ya no suena ridícula; todo lo contrario. Intenta convencerse de que flashea)
No, la verdad, no entiendo (miente para darle la oportunidad de mostrarle que fue muy bobo al paranoiquear así)
(Ella nota su mentira. La escucha triste y se le rompe el corazón por esa tristeza para nada ajena) ¿Decirlo no será mejor? (Se niega la realidad. El daño ya está hecho. Sólo puede ofrecerle el cobijo para esas lágrimas que corrían por su culpa)
(Ella, tras resistencia, cede al abrazo) Te enamoraste de mí, ¿correcto?
Me lo imaginé.