17/03/10
Te escribo desde un terrible infierno, Hanako. Iwo Jima está casi bajo control de los americanos. Las bombas caen, los techos se derrumban. Somos conejos en nuestras madrigueras, escasea la comida y el agua, comemos como liebres. Ya no nos queda fuerza (ni armas) para luchar. O quizá nunca quisimos luchar. Yo sólo quise volver a casa, querida, siempre quise volver a casa, por vos y por el bebé, que espero que esté bien. No olvides colocar la bandera en el frente de la casa y callar al perro. Me han contado una historia horrible acerca de algo similar. Debo irme, debo atacar americanos. Pero no saldré afortunado. Tendré suerte si llegamos al suicidio y morimos con honor. Había considerado desertar, pero Shimizu ha muerto de todos modos, los americanos lo mataron sin piedad. Y nosotros que creíamos en las palabras del señor Nishi... Pero yo no quiero morir, no, mi querida esposa, yo te prometí que volvería. Y ahora te pienso y no creo que eso sea posible. Me resulta tan difícil creer que podría cumplirte esta vez. Mi alma se quiebra pensando en que no volveré a verlas. Perdoname. Cuidá a la niña, dale todo el amor que yo no podré darle. Mi corazón siempre estará con ustedes. Que crezca orgullosa de que su padre haya sido un soldado, y decile que luché, siempre pensando en ella y en vos, con el único fin de retornar a casa a salvo, y estrecharlas en mis brazos como nunca lo haré de nuevo con vos y nunca lo he hecho con ella.
El General me llama. Kuribayashi es un buen hombre, tiene visión estratégica, pero el impertinente de Hayashi y su insubordinación han reducido considerablemente las tropas. Maldito. No estoy seguro de qué fue de él. Pero la última vez que lo vi, estaba a punto de suicidarse en nombre del Imperio. Seré sincero, nunca tuvimos posibilidades. Los americanos trajeron toda su tecnología. Nuestras armas, arcos y flechas frente a ellos.
No sé qué será de mí. Pero, en todo caso, moriré en nombre del Emperador, orgulloso, y si es necesario, pelearé un día más, sólo por asegurar la seguridad allá en nuestro hogar para nuestra hija y para vos, amor mío.
No estoy seguro de que esta carta te vaya a llegar. En todo caso, no importa, siempre estaré cuidándolas.
Con amor.
Saigo
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